Seven Sins / CRACKOARMY

Todo comenzó un 22 de julio de 1993. Aquel día nació uno de los ciudadanos más temidos y respetados de la constelación Magnus y del sistema Stanton: Cracko. Criado en los niveles más bajos de la estación orbital GrimHEX, entre contrabandistas y chatarreros sin moral, fue moldeado para ser despiadado, silencioso, eficiente… y letal.

Desde joven, Cracko mostró habilidades excepcionales para el combate táctico, la navegación en vacío y, sobre todo, el comercio de bienes prohibidos. Su ascenso en el mundo criminal fue meteórico. Antes de cumplir los veinte, ya era conocido en todo el Cinturón de Yela por liderar misiones de abordaje a naves de la UEE y por controlar una red de tráfico que distribuía sustancias ilegales por toda la ruta Hurston-Crusader. Entre sus productos más codiciados: E’tam, Widow, Altruciatoxin, Maze, Neon, Gasping Weevil Eggs y Slam. Esta última, la más adictiva y destructiva, fue la clave de su imperio… y su infamia.

El punto de inflexión llegó en 2023. Tras una emboscada orquestada por agentes encubiertos de Crusader Security y la casi total destrucción de su flota en el sector de Daymar, Cracko sobrevivió, pero quedó marcado. En ese momento, decidió desaparecer durante 12 ciclos estelares. Algunos lo creyeron muerto. Otros, leyenda.

Pero Cracko volvió.

No como pirata, sino como visionario.

A los 30 años, fundó Seven Sins, un sindicato independiente, legalmente ambiguo, pero eficaz. Desde sus bases ocultas en microTech hasta sus puestos avanzados en Pyro, contrató a todo aquel con una habilidad útil: pilotos veteranos, mineros de asteroides, transportistas con registros manchados, chatarreros, cazarrecompensas renegados, médicos exiliados de Terra, mercenarios de frontera, científicos errantes y exsoldados desilusionados.

Seven Sins ofrecía algo que nadie más podía: libertad… y protección. Pero también reglas. Pocas, pero claras. La primera de todas: lealtad a Cracko. La segunda: jamás traicionar a un hermano del sindicato.

La influencia de Cracko se multiplicó al aliarse con organizaciones poderosas como:

- Arka: expertos en guerra de guerrillas y sabotaje tecnológico.

- Krakenostrum: una flota mercante reconvertida en fuerza paramilitar.

- Al Filo: un colectivo de exploradores, ladrones de ruinas alienígenas y recolectores de artefactos xenoarqueológicos.

- PetrolHeadGarage Interplanetary: una red de ingenieros espaciales que diseñaban desde cazas invisibles hasta naves madre.

- OutRaiders: especialistas en incursiones rápidas en sectores prohibidos.

- Novena Flota: remanente de un batallón de élite exiliado tras el motín de Vega.

- Velasatar & Son of Kareah: grupo empresarial fachada de un conglomerado de espionaje y manipulación de mercados.

- Absolute Zero Syndicate: lideres en trifulcas de guerrillas y sabotaje de infraestructuras

Juntos dominaban el mayor número de ciudadanos hispanohablantes de todo Stanton y sus regiones periféricas.

Pero en las sombras, algo más se gestaba…

Rumores hablaban de una IA antigua resucitada en un archivo olvidado de MicroTech. Algunos aseguraban que Cracko había tenido contacto con ella. Otros decían que ya no era del todo humano.

Las autoridades de la UEE ofrecían recompensas astronómicas por su cabeza.
Las megacorporaciones querían negociar por entregarlo con vida.
y en Pyro, un nuevo enemigo comenzaba a consolidarse: Double Scrap (DZ_Scrap), un grupo de turistas que veían en Cracko al falso Mesías de las estrellas.

Y así comienza una nueva era.

Una era en la que la frontera ya no es el límite.
Una era de alianzas, traiciones, conspiraciones interplanetarias…
es la era de SEVEN SINS.